Las grandes ciudades en esto se benefician, pues inmobiliarias en Barcelona o Madrid cuentan con una amplísima cartera de viviendas de todo tipo, seguro que alguna termina encajando en tu estilo.
La naturalidad en los ambientes es algo que jamás va a pasar de moda. Ese toque fresco y sencillo que a todos nos gusta y que nos resulta tan agradable es fácil de conseguir en el cuarto de los peques. Ya son muchas las mamás que escogen el estilo más natural para los ambientes infantiles.
Sí, el frío ya está aquí. Pero que las flores escaseen en el campo no significa que en el interior de nuestras casas tengamos que renunciar a la primavera; y es que las flores siempre añaden un toque extra de encanto a cualquier habitación, como siempre, también a la de tus hijos.
Pero si se trata de una idea más minimalista aún, esta se lleva la palma. Una cuerda. Una única cuerda colgando del techo ¿Menos funcional? Puede, los niños no van a poder sentarse, pero si podrán ejercitar sus brazos columpiándose encaramados a ella.
Dividir la habitación con grandes muros hubiera sido un error. Se pierde luz y dinamismo. Así, se ha optado por pequeños muros, a media altura. Una forma original de crear dos espacios perfectamente delimitados. Espacios que cada uno sentirá como suyos y en los que la luz del día entrará a partes iguales. Sin limitaciones.
Me encanta que el color escogido sea ese azul. Dado el resto de colores, podría usarse cualquier otro. Pero el azul, dentro de la psicología del color, es una tonalidad que invita al descanso. Un buen color para que nuestros hijos puedan dormir por las noches.
La zona azul claro está reservada para ubicar las estanterías. Así, al azul se le añaden otros matices de color con libros y juguetes. Un acierto también el uso de estanterías de obra, que han pintado con el mismo tono de las paredes. Así, se integran a la perfección en el espacio.
Son habitaciones relajadas y tranquilas, pero, además, muy elegantes. Ten en cuenta que los colores fríos se encuentran en el círculo cromático entre el azul y el verde. Hay cientos de tonalidades diferentes, y todas ellas pueden crear una estancia infantil de lo más elegante y serena.
¿Quién no ha jugado en un columpio cuando niño? Es más ¿a quién no le hubiera gustado tener uno propio? Haz el sueño de tus hijos realidad e incorpora un columpio en su habitación. Son estéticos, divertidos y, además, no es tan complicado crear uno.
Por último, y no por ello menos importante, destacar las camas casita. Son todo un must en la decoración infantil desde hace tiempo. Cuentan con colchones a ras de suelo, algo que aumenta aún más la sensación de amplitud. Aunque parezcan estructuras aparatosas, lo cierto es que no recargan las estancias. Así pues, también puede ser un buen recurso en otro tipo de habitaciones (con menos espacio).
Estas paredes son, además, un aporte visual perfecto. Quedan muy estéticas. Pero, además, las mismas son capaces de crear esquinas adicionales para guardar objetos. También pequeñas repisas en la parte superior. Incluso paredes extra para poder colgar ropa y juguetes.
En el caso de que no cuentes con una vivienda muy luminosa, tampoco es un drama mayor, la iluminación infantil es todo un mundo. Desde guirnaldas que puedes colgar en diferentes puntos de la habitación hasta lámparas centrales con formas y colores varios.
Las alfombras de fibras naturales son mucho más duras. Es cierto que no dan tanto calor como una alfombra de pelo o lana, pero son muchísimo más resistentes. Además, siguen siendo un elemento entre el frío suelo y nuestros hijos, por lo que cumplen su función. Estéticamente me parecen preciosas. Una opción interesante para los padres amantes de la decoración rústica o nórdica.
Aunque no hay que negar que los textiles coloridos dan mucha personalidad a las estancias infantiles, hay gustos para todo. Por este motivo, esta casa apuesta por la variedad.