El patito feo para muchos. Hay quienes odian el gris por recordarles a los días más oscuros, aquellos en los que la lluvia no cesa. La falta de color incomoda en ocasiones, pero en la decoración no. Una habitación con tonalidades grises es, sin lugar a dudas, una habitación elegante y sofisticada. Además, puedes contrarrestar la falta de luz con blancos o incorporar detalles de color con pequeñas piezas.
Cambiarse de casa puede ser todo un reto, sobre todo cuando tenemos hijos. Ilusión mucha. Nuevos espacios, nuevas zonas para plasmar nuestro estilo y gusto, pero también la oportunidad de crear un espacio diferente y divertido para nuestro hijo.
Técnicamente no. El blanco no está definido como un color, más bien es la ausencia de color lo que lo genera. Aun así, el blanco se asocia irremediablemente al frío ¿por qué? Muy sencillo, por su semejanza a la nieve. Los paisajes más fríos son los paisajes blancos, de eso no hay duda.
Ojo, que no todos los pequeños genios sienten pasión por los robots. Quizá tu hijo sea más de dinosaurios. Sin problema, Zara Home también pone en su catálogo de productos una bonita cesta con forma de dinosaurio, para meter desde juguetes hasta ropa de cama.
Hoy te quiero acercar hasta 5 ejemplos de columpios en un dormitorio infantil, desde los más clásicos hasta los más sencillos y minimalistas ¿Con cuál te quedas de todos ellos?
Entre estos detalles decorativos, quizá el más importante sea el espejo, grande y vertical, que hay sobre la chimenea. Gracias a este espejo es posible tener otra perspectiva de la habitación, además de ampliarlo visualmente (que, por otro lado, teniendo en cuenta las dimensiones tampoco haría falta).
Aumentando así la sensación de estar dentro de una buhardilla. Puedes usar este tipo de banderolas o bien decantarte por otros modelos de guirnaldas, incluso con luces; y es que las luces led siempre dan un toque cálido a cualquier estancia, también a la de tus hijos.
Las buhardillas cuentan con un algo especial. Un ambiente encantador, sin duda. Un lugar mágico que puede transformarse, perfectamente, en una habitación infantil. Sí, las habitaciones abuhardilladas hacen que el mundo de tu pequeño sea aún más divertido. Ahora bien, aunque estéticamente son una auténtica pasada, también hay que saber aprovecharlas bien.
Ayudan a relajar, a estimular la digestión, disminuir el ritmo cardiaco y a conciliar mejor el sueño. Al parecer, son tonalidades que tienen un efecto sedante en general.
En cuanto a la escalera. Hay literas que la incorporan en la estructura y otras que incluyen una pieza independiente. Normalmente las que cuentan con la escalera integrada son más seguras. No obstante, si la escalera es independiente, siempre debe tener medidas de sujeción a la estructura principal.
Eso de ser discreto no va contigo. Te has enamorado de un papel floral con un diseño que, además de ser grande, cuenta con colores oscuros. No hay problema. Como vemos en la imagen, este diseño de flores grandes y oscuras es un complemento perfecto para una habitación que apuesta por mobiliario blanco y madera natural. Ojo, que en este caso el textil acompaña siempre al color predominante en el papel, dejando el resto a una paleta de neutros. El efecto es, cuanto menos, encantador.
Colores más apagados, diseños más sencillos. Papeles pintados que no costará hacer que encajen con el resto de la estancia, pues no tendrán tanta presencia. Simplemente serán un toque de color más.
Te hablamos de cómo decorar la casa nueva para tu peque y no morir en el intento. Tanto si es una vivienda de obra nueva o una casa de segunda mano. Ideas sencillas que pueden venirte muy bien y que no requerirán de demasiado presupuesto.
Quizá sea mucho más apropiado colocar camas (con su cabecero y mesita de noche correspondiente) que hablen un poco de esas personalidades. La diferencia puede encajar, e incluso combinar, como vemos en la imagen.
En Instagram podemos ver siempre las últimas tendencias, y en este caso nos traen uno de esos materiales naturales que se han vuelto imprescindibles. Nos referimos al mimbre, que aparece en cestos, en camas, sillas, alfombras y cunas. No hay espacio natural sin un toque de mimbre.