Ya os hablé en su día de lo fascinante que me parecen los posts de Bea (conbotasdeagua.com). En esta ocasión quiero resaltar la casa de Juliette y Tomas, que también aparece en una de sus publicaciones. Concretamente, y como no podría ser de otra forma, la parte reservada al espacio infantil. Un dormitorio lleno de magia, elegancia que espero os enamore tanto como a mí.
Las habitaciones más pequeñas pueden verse muy beneficiadas con las literas. La verdad es que además de ocupar menos espacio que dos camas, cuentan con cierto aire retro. Ojo, que no sólo las hay de metal. Las literas de madera, de estilo escandinavo, son una auténtica maravilla.
Me encanta que el color escogido sea ese azul. Dado el resto de colores, podría usarse cualquier otro. Pero el azul, dentro de la psicología del color, es una tonalidad que invita al descanso. Un buen color para que nuestros hijos puedan dormir por las noches.
Quizá sea mucho más apropiado colocar camas (con su cabecero y mesita de noche correspondiente) que hablen un poco de esas personalidades. La diferencia puede encajar, e incluso combinar, como vemos en la imagen.
Aunque el anterior columpio, como comentaba, es quizá la imagen más recurrente al pensar en estos elementos, los de nuestros abuelos quizá serían así. Sí, grandes ruedas de neumáticos atadas con una gruesa cuerda.
Un armario empotrado quizá fuera una solución demasiado grande para este espacio. Pero incluso esto lo han sabido resolver bien. El almacenamiento de ropa se ha conseguido a base de pequeños módulos de cajones.
Estos cajones modulares son cómodos para los peques. Pero, además, es una buena forma de crear juego al mismo tiempo que almacenaje. Se pueden escalar y usar como superficies de juego. Además, en el momento en el que se necesite más almacenaje, se pueden añadir más cajones sin problema alguno.
Tal y como sucede en este bonito cuarto, con madera, tonos tierra y tejidos naturales. Desde la alfombra a las lámparas parecen estar hechas de lana marrón, y es que cada vez se buscan las soluciones más respetuosas con el medio ambiente. No se trata solo de parecer natural, sino también de serlo.
Son más de 15 colores los que se emplean para hacer ropa de cama, decoración para el hogar, y sí, también accesorios, artículos de decoración e incluso ropa para bebé ¿Lo mejor de todo? Que están hechas a mano y con mucho amor en Tailandia.
Las alfombras infantiles de lana, son, sin lugar a dudas, de las más calentitas. Este material natural hace que la pisada sea, además, muy confortable. Puedes encontrarlas con diferentes grosores. Además, también están las alfombras de lana tejida, una verdadera delicia artesanal para la habitación infantil.
No sólo quiero destacar este diseño. En general, cualquier alfombra en la que se impriman dibujos me parecen una maravilla. Si tu hijo es un apasionado de los animales, puedes escoger modelos, como este, que representen su favorito. Aunque quizá le interesen más las estrellas y la luna, o quizá los barcos o los aviones. Hay opciones para todos los gustos. Alfombras fantasía que pondrán el broche perfecto a la habitación de tus hijos.
Si queremos darle el toque de naturalidad a un ambiente, podemos seguir la tendencia actual de mezclar el color blanco con la madera en su tono más claro. La madera en su tono natural, sin brillos, le da ese toque fresco al cuarto y es un material que nunca pasará de moda.
Ojo, que no todos los pequeños genios sienten pasión por los robots. Quizá tu hijo sea más de dinosaurios. Sin problema, Zara Home también pone en su catálogo de productos una bonita cesta con forma de dinosaurio, para meter desde juguetes hasta ropa de cama.
Técnicamente no. El blanco no está definido como un color, más bien es la ausencia de color lo que lo genera. Aun así, el blanco se asocia irremediablemente al frío ¿por qué? Muy sencillo, por su semejanza a la nieve. Los paisajes más fríos son los paisajes blancos, de eso no hay duda.
Un concepto muy pero que muy bien trabajado de lo que podríamos catalogar como “Diseño elegante y divertido en habitaciones infantiles”. Los encargados del trabajo son una empresa de diseño polaco llamada Plasterlina, y no podemos ser más fans del resultado.