Teniendo en cuenta esto, os hablaré un poco de los colores fríos. No dejéis que el adjetivo os haga retroceder. Los colores fríos, lejos de lo que podáis imaginar, son muy interesantes para la decoración en general. También en los dormitorios infantiles.
Quizá esa personalidad sea dada por la madera, que contrasta fuertemente con la delicadeza del resto de colores. O quizá con la reinvención de elementos románticos y tan femeninos como las camas con dosel. Una estructura moderna, en este caso, que se niega a presentarse como una de esas camas antiguas casi barrocas. Reinventarse o morir.
En Instagram podemos ver siempre las últimas tendencias, y en este caso nos traen uno de esos materiales naturales que se han vuelto imprescindibles. Nos referimos al mimbre, que aparece en cestos, en camas, sillas, alfombras y cunas. No hay espacio natural sin un toque de mimbre.
Las ventanas que se colocan en el techo de las buhardillas son perfectas. Amplias, alejadas de nuestros hijos pequeños y con sistemas de aperturas sencillos para que podamos limpiarlas bien. Además ¿imagináis lo bonito que debe ser dormirse contemplando el cielo?
Quizá sea mucho más apropiado colocar camas (con su cabecero y mesita de noche correspondiente) que hablen un poco de esas personalidades. La diferencia puede encajar, e incluso combinar, como vemos en la imagen.
Una vivienda de obra nueva siempre es un tapiz en blanco. Aunque está claro que eliges la vivienda por determinadas calidades, así como la ubicación o la distribución, normalmente suelen ser casas con poca personalización. Paredes lisas, sin muebles, y sin textil alguno.
Teniendo en cuenta esto, os hablaré un poco de los colores fríos. No dejéis que el adjetivo os haga retroceder. Los colores fríos, lejos de lo que podáis imaginar, son muy interesantes para la decoración en general. También en los dormitorios infantiles.
Aunque el anterior columpio, como comentaba, es quizá la imagen más recurrente al pensar en estos elementos, los de nuestros abuelos quizá serían así. Sí, grandes ruedas de neumáticos atadas con una gruesa cuerda.
Las colecciones son limitadas y desde Número 74 aseguran que su política se basa, ante todo, en el respeto. Respeto al medio ambiente, pero también respeto a las tradiciones artesanales de la zona. Trabajan con cooperativas de mujeres que han heredado conocimientos ancestrales en el arte del textil. Interesante ¿Verdad?
Por último, y no por ello menos importante, destacar las camas casita. Son todo un must en la decoración infantil desde hace tiempo. Cuentan con colchones a ras de suelo, algo que aumenta aún más la sensación de amplitud. Aunque parezcan estructuras aparatosas, lo cierto es que no recargan las estancias. Así pues, también puede ser un buen recurso en otro tipo de habitaciones (con menos espacio).
En Decoracionbebes nos traen un cuarto que además de ser natural parece que se inspira en la propia naturaleza. Los tonos tierra son los mejores para que el toque naturalista no falte pero tengamos un ambiente muy cálido.
El frío viene con ganas. Cuando las temperaturas bajan considerablemente, no hay nada como quedarse en casa. No obstante, siempre viene bien algún que otro complemento para refugiarnos mejor. Mantas, pijamas o incluso batines ¡Qué bien se está con ellos! Pero, además, también podemos usar alfombras. Sí. Las alfombras son un producto altamente recomendable para las habitaciones infantiles (y todas en general), que, además de dar calor, pueden convertirse en la mejor zona de juegos de nuestros hijos.
Las alfombras de fibras naturales son mucho más duras. Es cierto que no dan tanto calor como una alfombra de pelo o lana, pero son muchísimo más resistentes. Además, siguen siendo un elemento entre el frío suelo y nuestros hijos, por lo que cumplen su función. Estéticamente me parecen preciosas. Una opción interesante para los padres amantes de la decoración rústica o nórdica.
Como es una tonalidad que aporta mucha luz, es perfecta para mezclarla con colores como el azul, el verde, violeta o gris. Un complemento perfecto para esas habitaciones infantiles con colores fríos, que, como hemos visto, no son para nada lugares tristes.