La naturalidad en los ambientes es algo que jamás va a pasar de moda. Ese toque fresco y sencillo que a todos nos gusta y que nos resulta tan agradable es fácil de conseguir en el cuarto de los peques. Ya son muchas las mamás que escogen el estilo más natural para los ambientes infantiles.
La cama queda bien resguardada en esos muros. Lo mismo sucede con las guitarras y resto de instrumentos, que, además, forman parte de la decoración. Además, es necesario hacer mención de esas cajas con ruedas. Cajas funcionales que guardan los juguetes y pueden almacenarse fácilmente, tanto bajo la cama como en las esquinas.
El truco está en dejarlo tal cual y añadir posteriormente complementos. De esta forma, lo mismo puedes tener un escenario de teatro que un lavadero de coches, o incluso una casa de muñecas. Sí, funciona completamente como un decorado de esos que se usan en las películas y en las obras de teatro. Tus hijos se sentirán como auténticas estrellas.
¿Y si a mí lo que me gusta es el blanco? Tampoco hay problema alguno. Para muestra un botón. Una imagen vale más que mil palabras, y en esta en concreto, podemos ver lo bien que quedan los textiles en el blanco más puro, ya sea para ropa de cama, decoración en la pared o incluso en cortinas para la habitación de tu hijo.
Me parece muy acertado el toque de color en la parte de la ventana. Si tenemos en cuenta que la luz entra principalmente por aquí, además de crear dos zonas claramente diferenciadas, no resta ni un ápice de luminosidad. Así que, si tenéis una habitación infantil pequeña y queréis pintar alguna de las paredes de color, dejando el resto blancas, puede ser un truquito bastante bueno.
Para hacernos una idea, hay más de 100 tonalidades de azules. Para gustos colores, nunca mejor dicho. Se trata de un color bastante atemporal que puede usarse en la habitación infantil para aportar tranquilidad y relax. No, no es un color exclusivo para niños.
Para terminar, esta idea que también me ha gustado mucho. Cuando la vida en familia se multiplica por dos. Dos niños, dos columpios. Así de sencillo. Ojo, que en este caso, como vemos, está mucho más cuidada la estética, pues se trata de dos bonitas sillas de mimbre sujetas al techo.
Como la habitación es tan amplia (hay que tener en cuenta que es para dos), hay espacio más que suficiente para colocar un pequeño escritorio. Sí, un pupitre, adoro este tipo de mesas para niños con un aire vintage más que evidente.
Dividir la habitación con grandes muros hubiera sido un error. Se pierde luz y dinamismo. Así, se ha optado por pequeños muros, a media altura. Una forma original de crear dos espacios perfectamente delimitados. Espacios que cada uno sentirá como suyos y en los que la luz del día entrará a partes iguales. Sin limitaciones.
Sí, gracias a una estantería también con grandes dosis de asimetría, algo que siempre viene bien para que nuestros hijos puedan aprender rutinas de descanso y trabajo.
Colores más apagados, diseños más sencillos. Papeles pintados que no costará hacer que encajen con el resto de la estancia, pues no tendrán tanta presencia. Simplemente serán un toque de color más.
¿Quién no ha jugado en un columpio cuando niño? Es más ¿a quién no le hubiera gustado tener uno propio? Haz el sueño de tus hijos realidad e incorpora un columpio en su habitación. Son estéticos, divertidos y, además, no es tan complicado crear uno.
Si la habitación de tu hijo cuenta con colores neutros, quizá quieras aportar vida con la alfombra. En el mercado vas a encontrar una amplia gama de alfombras de mil colores. Mención especial merecen aquellas que los juntan todos de forma indiscriminada, como si se tratara de un gran arcoíris a los pies de tu hijo. Hay que pensar en la funcionalidad, pero también en el diseño. Y a mí, estas, me parecen adorables.
No me refiero a usar jarrones con flores, que por otro lado tampoco es tan mala idea. En esta ocasión me quiero centrar en los papeles pintados de flores, una opción estupenda para decorar una pared (o varias, según se tercie) de la estancia de nuestros peques.
No todas las habitaciones abuhardilladas o en buhardilla cuentan con vigas, pero si las tienes, aprovéchalas. Asegúrate, primero, de que son resistentes (que suelen serlo, a no ser que sea una casa extremadamente vieja y deteriorada). Si es así, estas vigas, además de darte un plus decorativo incuestionable, pueden servirte de mucho ¿Has pensado en colocar un columpio en el interior de casa? Si quieres que la habitación de tu hijo tenga uno, una viga de madera puede ser el lugar perfecto para incluirlo.